Friday, August 11, 2006


A Guadalupe Hernández Jiménez, hoy de 15 años de edad, desde niña los médicos le diagnosticaron Retinosis pigmentosa ceguera. Hizo su secundaria en la Técnica No. 44 de donde egresó con un promedio de 9.2 y hoy inicia sus estudios de bachillerato en el plantel 2 de la colonia Tamulté de las Barrancas. Es hija del señor Roberto Hernández y doña Martha Alicia Jiménez Hernández.

Desde los primeros meses de vida recibió estimulación temprana para desarrollar los sentidos restantes, a través de su abnegada madre que entendió el problema por el cual atravesaría la niña. Sin embargo, más tarde, recibió estimulación para su problema a través del servicio social que presta la Normal de Educación Especial y posteriormente ingresó al Taller Braille “Dar”, por las tardes, mientras por la mañana asistía a la guardería del ISSET No. 1, donde fue aceptada gracias a que su tía era la directora, donde cursó sus estudios de preescolar.

Posteriormente ingresó al Centro de Atención Integral de Ciegos y Débiles Visuales “Pachela Rovirosa”, para obtener los conocimientos necesarios y desarrollar sus habilidades a través de diversas actividades y dio inicio a sus estudios de primaria en la escuela Montesori, que fue la única que la aceptó ante el problema de discapacidad, donde destacó por su disciplina y tenacidad para el estudio.


Al terminar su primaria empezó su deambular para ser aceptada en secundaria pero no encontró disponibilidad en ningún centro escolar de ese tipo. Fue así que solicitó a la Secretaría de Educación el apoyo para ser aceptada en alguna institución de educación especial estatal, hasta que lograron que se le asignara la Técnica No. 44 en donde recibió apoyo especial.


Sin embargo, pese a su problema visual, tuvo participación en muchos eventos, entre ellos en el certamen Reina de la Primavera en el Preescolar, ha sido maestra de ceremonia en eventos del centro de Atención Integral de Ciegos y Débiles Visuales “Pachela de Rovirosa” y muy recientemente, tuvo una destacada presentación en un homenaje cívico realizado en la explanada del edificio central del Colegio de Bachilleres el pasado 7 de agosto, evento promovido por la Dirección Académica, en donde dijo una frase, en alusión a ella, que “si a una flor se le cae un pétalo, no deja por ello de seguir siendo una flor y que, si a una persona le falta un órgano, no deja de ser una persona”.

Por ello, la directora general del Cobatab, Profra. Martha Victoria Andrade Alcocer la puso como ejemplo de tenacidad, de ansias de superación, porque inicia una nueva etapa en su vida educativa asistiendo al plantel 2, donde seguramente será motivo de reflexión para quienes, como dijo el maestro Jesús, “teniendo ojos no ven y teniendo oídos no oyen”.